Reconozcámoslo, por mucho que seamos de izquierdas o de derechas, resulta más que evidente que la situación en España viene tomando un rumbo, desde hace ya varios años, que se vuelve más turbia y oscura con cada día que pasa. El precio de la gasolina por las nubes, y subiendo de cara a la llegada del verano, el encarecimiento del estilo de vida; y todo ello con unos salarios que, en el mejor de los casos no se incrementan en una cantidad de acorde con el resto de subidas. En definitiva, cada día el rico es más rico y el pobre es más pobre.

Pero nuestra situación respecto al tema del desempleo es algo que verdaderamente me preocupa. Cualquiera que dedique unos minutos de su tiempo para analizar los datos que hay se dará cuenta de lo peligrosa que es la situación y lo sorprendentemente que tenemos asumido un desastre de semejantes proporciones.

Para que nos hagamos una idea, la cifra actual de paro en España, viene datada en un 13,65% de la población. Dato cuanto menos alarmante, si tenemos en cuenta que la media europea se encuentra en un 7,6%, casi la mitad de nuestra tasa de desempleo. Y es que son muchos los países que nos superan en esta cuestión, como Alemania (3%), Portugal (5,8%), Francia (7,2%), o Italia (8,4%). Si hasta Grecia, quien tuvo que afrontar una crisis abismal hace menos de cinco años, nos supera en este ámbito, con un 12,5% de desempleo.

Con todos estos datos en la mesa, en inevitable hacerse una pregunta clave. ¿A cuento de qué, tenemos en España unos datos tan nefastos en cuestión de empleo? He tratado de realizar una búsqueda lo más precisa posible para responder a esta pregunta de la manera más exacta, y una de las causas más evidentes con las que he topado pasa por el tema del abandono escolar. Según parece, también nos encontramos en el podio de esta otra lista, puesto que España ocupa el segundo puesto de Europa en tasa de abandono escolar, con la preocupante de cifra de un 16%, solo superado por Malta (16,7%), y no por demasiada diferencia. Datos que chocan completamente de frente con la premisa de que España es uno de los países con mayor porcentaje de universitarios, y que deja en una evidencia bastante clara la degradación de un sistema obsoleto orientado hacia una titulitis crónica que te obliga a elegir entre universidad o desempleo, menospreciando y devaluando opciones mucho más prácticas como la formación profesional, mejor arraigada en otros países.

Otro de los puntos clave que he encontrado como causantes de la desproporcionada tasa de desempleo que portamos bajo nuestra bandera, viene dado por el reparto de la estructura de nuestro modelo productivo. Me explico, en España, el 67,7% del PIB viene siendo generado directamente por el sector servicios, mientras que la industria se queda en tan solo un 14%. ¿Será casualidad que Alemania, el primer país de Europa en cifras de industrialización, y cuarto puesto si ampliamos el listado al mundo entero, también sea el cuarto país del mundo en tener una mejor tasa de desempleo? Y no me vale la clásica referencia a que España tiene la obligatoriedad de acuñar este sector como estandarte principal, pues abogar por ese tipo de crecimiento es la salida fácil, rápida y precaria, que con el tiempo genera los agujeros que cada día conforman una mayor parte de nuestras vidas.

Y lo peor de todo, es que nuestros gobernantes de turno dedicarán todos sus esfuerzos en generar todo tipo de contratos basura y temporalidades que aunque no logren generar estabilidad económica en cualquier hogar, se implantarán con la única perversa finalidad de maquillar estos datos de cara a la galería. Y más aún, sabiendo que las elecciones del año que viene traen nubes azules, a través de las cuales podemos vislumbrar cientos de gaviotas deseosas de ejercer su turno de cuatro años.