David Suárez y los límites del humor

David Suárez y los límites del humor
David Suárez
David Suárez

En lo que refiere a noticias que actualmente incluyen al cómico gallego David Suárez, la polémica y el debate vienen completamente garantizados, pues algo que empezó como lo que sería otro chiste más, ha terminado sentando al humorista en pleno banco judicial.

Para quien esté un poco más perdido con todo esto, durante el año 2019 (fíjate si ha llovido desde entonces), el cómico publicó un chiste en forma de tweet, que decía lo siguiente: “El otro día me hicieron la mejor mamada de mi vida. El secreto fue que la chica usó muchas babas. Alguna ventaja tenía que tener el síndrome de Down”. Las reacciones no se hicieron esperar, y varias asociaciones de discapacitados echaron mano de la Fiscalía para tratar de reprender al cómico, alegando de esta forma que David estaba cometiendo un claro delito de odio.

Prácticamente tres años más tarde, la Audiencia Nacional ha tomado la decisión de absolverle de toda culpa, ya que además de haber recibido la disculpa pública de David Suárez, dicho tweet no formaliza una declaración de odio contra un colectivo, tal y como recoge el artículo 510 de la Contitución Española, y termina definiendo las palabras del humorista como una “obra de ficción” y una broma “desagradable y de mal gusto”.

En vistas de lo acontecido, muchas personas afirmarán que David Suárez ha terminado escapando de rositas frente a toda esta situación, pero tenemos que tener en cuenta les repercusiones que esta polémica broma le acarreó, en el ámbito personal y sobre todo, profesional. En primer lugar muchos de sus contratos laborales fueron cesados, debido a que nadie quería estar relacionado con una persona de semejante índole, siendo así despedido del programa de radio Yu no te pierdas nada, además de la cancelación de varios bolos, y muchas otras situaciones parecidas. También se convirtió en objeto de odio público durante una temporada, teniendo que recibir oleadas de insultos y amenazas a diario, las cuales resultaban ser una la forma perfecta de una irónica vendetta que la sociedad adoptó en contra de uno de los mayores estandartes del humor negro en España.

Lo cual nos lleva a meditar sobre el límite del humor. ¿Dónde está? Y sobre todo, ¿Quién decide poner la línea del límite del humor en un sitio o en otro? Se supone que es la propia sociedad quien determina que es correcto y qué no, pero siempre hablando desde un ámbito especialmente colectivo. Particularmente, soy un gran aficionado al humor negro, ya que soy capaz de discernir de la realidad, adquiriendo la capacidad de encontrar el humor incluso en aquellos sitios donde la oscuridad y el odio hacen su mayor puesta en escena. Y entiendo perfectamente que a alguien no le pueda caer en gracia una broma de mal gusto, de hecho, creo que a todos nos ocurriría de tal manera si alguien tratase de hacer comedia sobre la muerte de un ser querido (por poner un ejemplo), pero aunque sea algo que nos disguste a título personal, ¿hasta qué punto tenemos la potestad de recriminar la broma a dicho individuo? Ya que el humor negro, y las personas con las que suelo compartirlo, no tiene una finalidad destructiva ni de causar daño en otras personas, sino más bien, la intencionalidad de sacar un punto de comedia, incluso en aquellos escenarios más tenebrosos.

El tema de David Suárez por fin parece haberse resuelto, pero tal y como se encuentra la sociedad actualmente, no creo que tardemos demasiado en vivir otra situación parecida.

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