ATENCION, ESTE ARTICULO PUEDE CONTENER SPOILERS DE ONE PIECE PERTENECIENTES HASTA EL CAPITULO 917 DEL ANIME, PERTENECIENTE AL ARCO DEL PAIS DE WANO.

Seguramente, que todos los que somos seguidores de One Piece y tenemos un poco de imaginación nos hayamos hecho alguna vez la misma pregunta. Si pudiéramos comernos una nuez de belcebú o fruta del diablo (dependiendo de la traducción, pero para los más exquisitos podemos dejarlo directamente en akuma no mi), ¿Cuál escogerías?

Antes de siquiera replantearnos cuál sería la fruta que elegiríamos, debemos tener en cuenta si nos vale la pena perder nuestra capacidad de movernos en el agua de mar, a cambio de obtener esos nuevos poderes. Personalmente y conociendo mi aversión a las playas, no tengo ninguna duda, aunque la verdad es que no creo que haya muchas personas que prefieran poder nadar en el mar, antes que obtener algún extraño y útil poder. Si incluso en One Piece, donde viven prácticamente rodeados de agua, no les importa pagar ese precio, no veo que en el mundo real fuera a ser diferente.

Una vez aclarado esto, deberíamos descartar aquellas frutas que aunque nos otorgarían un poder descomunal, a decir verdad, no son nada prácticas en la vida real (salvo que pienses tratar de conquistar el mundo, pero en mi caso, preferiría disfrutar de mis poderes de una forma más discreta). Hablo de frutas como la de Akainu, Caesar Clown o Magellan, de poder casi inigualable, pero nada prácticas en la realidad. Y a partir de aquí, comenzamos con las opciones más válidas.

Una de las primeras opciones que se me pasan por la cabeza, es la fruta de Bon Kure, también conocido como Don 2º, o Bon Clay, quien tiene la capacidad de adquirir la apariencia física de cualquier persona que previamente haya tocado con su mano derecha. Otra de las opciones más llamativas, sería de la fruta de Blueno, uno de los miembros del CP9, que es capaz de crear puertas en cualquier superficie y así acceder a lo que parece ser otra dimensión paralela. Con este poder no solo tendríamos pleno acceso a una dimensión privada y exclusiva, sino que además, podemos utilizar dichas puertas para viajar de un lugar a otro, adquiriendo así el poder de teletransportarnos. La fruta de Capone Bege también nos sirve para poder tener un espacio privado del cual controlamos por completo su acceso, además de poder disponer de él a modo de almacenaje. Con esto abarcamos desde tener un aparcamiento rápido siempre para los vehículos, hasta poder esconder en nuestro interior un sofá y una nevera repleta de cerveza fresquita. Aunque si continuamos pensando en el uso de la fruta del diablo con el fin de la picaresca, no podemos evitar mencionar la fruta de Absalom (aunque ahora mismo su actual poseedor es Shiryu, de los piratas Kurohige), ya que con la habilidad de poder volvernos invisibles, se nos abre todo un abanico de ideas.

Pero también existen muchas otras frutas que harían nuestra vida más sencilla. La nuez del ex sichibukai Trafalgar Law, nos otorgaría la capacidad de poder alcanzar cualquier objeto a distancia, e incluso de poder transportarnos nosotros mismos, aunque debemos tener en cuenta su limitado uso, según el nerfeo que sufrió este personaje en Dressrosa, cuando se nos desveló el desmedido consumo de energía que requería el uso de esta habilidad. Otra fruta a tener en cuenta, sería la del okama Emporio Ivankov, ya que el potencial que tiene la inmensa variedad hormonal de la que dispone, nos permitiría poder adaptarnos mejor a las situaciones de nuestro día a día.

Creo que las frutas zoan prácticamente no valen la pena, pero a título personal, hay dos en concreto que me llaman especialmente la atención. La primera de ellas sería la del comandante de la guardia de Arabasta, Pell, capaz de convertirse en un halcón. Solo por experimentar la sensación de volar por uno mismo, junto a la capacidad de poder desplazarte de un lugar a otro con la eficiencia de un pájaro, ya valdría la pena. La segunda opción que pasa por mi mente es la del miembro del CP9, Jabura, capaz de convertirse en un lobo. Aunque el lobo en el que le vemos transformado no es particularmente de mi agrado, estoy seguro de que, conociendo el nivel de uso de estas peculiares frutas, acabaría por descubrir una transformación que hiciera justicia a un animal tan asombroso como el lobo.

Pero por muchas frutas que pueda imaginar, mi respuesta final a la pregunta de, ¿Qué fruta te comerías? Se queda entre dos nombres, Kizaru y Enel. La habilidad del almirante de la marina se encuentra en un nivel aparte. Si tenemos en cuenta que tiene la capacidad de moverse a la velocidad de la luz (la cual viene siendo unos 300.000 km/s), estaríamos diciendo que en cuestión de un único segundo podría recorrer la distancia entre Madrid y Tokio 27 veces, y todavía le sobraría algo de tiempo como para hacer una escala en Moscú. Si en verdad dispusiéramos de una velocidad equiparable a esos datos, serían pocas cosas las que no pudiéramos hacer. Pero podemos ir aún más allá, puesto que según un estudio realizado por un grupo de investigadores de Nueva Jersey, la velocidad de un rayo supera 310 veces la velocidad de la luz, por lo que, utilizando el mismo símil de nuestro viaje a la capital nipona, si comiésemos la fruta de Enel, podríamos recorrer esa distancia más de 8.500 veces en el tiempo que dura un segundo. Aunque claro, una vez superas los 300.000 km/s de velocidad, tampoco es que tu vida vaya a cambiar demasiado por ser capaz de moverte aún más rápido.

Así que, en definitiva, me quedo con la fruta de Enel, también conocida como la fruta Goro Goro, que como cualquier logia, te otorga una enorme capacidad defensiva, además de la ventaja de poder moverte a una velocidad inigualable por ningún otro ser vivo. Y pudiendo generar electricidad, también cabe destacar que sería una de las pocas personas capaz de poner una lavadora a las 8 de la tarde, si tenemos en cuenta los actuales niveles de la factura que nos manda la compañía eléctrica.